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martes, 21 de abril de 2009

Los asesinatos de Manhattan (The Cabinet of Curiosities)









En primer lugar quiero agradecer al administrador de esta bitácora, don Antonio Rentero, la recomendación de este libro, ya que en cuanto supo de mi interés por las novelas policiacas y de misterio así como por mi afición por los museos y los gabinetes de maravillas, me pregunto si había leído este título.

Lo más grave es que en cuanto comencé a leer el libro me di cuenta de que sí, de que, en efecto, lo había leído ya... Bueno, tampoco es cosa extraña en mí, una vez compré un libro y luego me encontré con que ya lo tenía. Y a saber si me ha pasado alguna vez más (lo que denota que mi biblioteca no es precisamente un ejemplo de orden, que en casa de herrero cuchara de palo). Lo peor es que no me acuerdo ni cuándo, ni dónde o, como decía el otro día, si puede que lo leyera en una vida paralela. En fin, despistada que es una.

El caso es que ahora lo he leído con más atención y me ha encantado, precisamente por todas las referencias a los gabinetes de curiosidades que en el caso que nos ocupa serían los creados en el siglo XIX en América y porque además aparece el Museo de Historia Natural de Nueva York. En muchos casos estos gabinetes estuvieron ligados a los circos, como el Barnum, cuyo origen fue el Museo Americano de Scudder, que se cita en la novela. En la entrada he colocado algunas imágenes de estos museos/circos, como el Americano de Curiosidades Vivientes de Watson (nótese que algunas de estas curiosidades son de "australianos"). En la misma serie de Expediente X, mucho antes que esta novela de Douglas Preston y Lincoln Child (2002), hay dos episodios en los que aparecen estos peculiares museos de curiosidades.

Los protagonistas de la novela son el agente especial Aloysius X.L. Pendergast y Nora Kelly, conservadora/investigadora del Museo de Historia Natural de Nueva York Nork. Pendergast es un personaje fascinante que, por lo que he podido leer ahora, sale en la serie de novelas escritas por Preston y Child y que, además, tiene gran cantidad de adeptos. He visto por la red que sus fans imaginan cómo podría ser este agente del FBI procedente de Nueva Orleáns, con un físico y maneras muy peculiares y que, por lo visto, tiene unos antepasados nada normalitos, casi todos ellos asesinos en serie. Hasta tiene un hermano gemelo malvado que es su antítesis. Se ha debatido incluso sobre el actor que podría encarnarlo y todos parecen coincidir en que Paul Bettany (el Silas de El Código Da Vinci) sería un buen Pendergast. Se ha hablado de David Bowie o del Niles de Frasier pero no sé, como que no lo veo... (aunque en la novela hablan de voz meliflua o sea que...). Yo en su momento vi la película de La Reliquia, nada del otro mundo, aunque a mí me gusto con eso de que sucedía en un museo. Se corresponde con la primera novela de los autores en la que aparecía Pendergast. Pero, sin embargo, los guionistas no incluyeron al extraño agente del FBI en la trama. Una oportunidad desaprovechada...

Los personajes creados por Preston y Child reaparecen siempre en sus novelas. Es el caso del periodista Smithback, algo pícaro y un tanto desastrillo que va siempre detrás de la noticia, enamorado de la encantadora doctora Kelly. En Los Asesinatos de Manhattan me ha caído muy bien el policía irlandés O'Shaughnessy, aunque desgraciadamente termina en las manos del asesino...

Como decía Rentero hace unos días son fascinantes los capítulos finales en los que Pendergast es perseguido por el asesino a través de todas las estancias del gabinete que está enclavado dentro de una casa llena de auténticas maravillas y curiosidades. Algunas de estas salas están llenas de extraños objetos que en un primer momento el agente del FBI no puede llegar a entender el por qué están allí pero, como diría el gran Borges, dentro del caos existe un orden, que es el Orden con mayúsculas. Un orden que sólo comprende el propio coleccionista que ha acopiado con una finalidad esa cantidad de objetos. Un coleccionista que casi llega a ser el Coleccionista, o que pretende ser Dios.

En fin, una delicia altamente recomendable. Y por descontado que compraré el resto de las novelas de la saga Pendergast creadas por Preston y Child, el primero investigador y conservador del Museo Americano de Historia Natural y el segundo, editor literario y analista de sistemas. De hecho, lo estoy deseando.

miércoles, 15 de abril de 2009

El Clan del Oso Cavernario


Leí esta novela hace dos o tres años, durante un verano. Había oído tanto hablar de toda la serie de Los Hijos de la Tierra que no me pude resistir. Y he de decir que no me defraudó. La historia de Ayla, una cromañón criada por un clan de neandertales, resulta muy interesante, porque nos descubre la forma de vida de nuestros parientes más cercanos. También nos presenta las diferencias que hay entre nosotros y los "cabezas chatas", no sólo desde el punto de vista físico, sino también mental. Los neandertales no son aquí unos seres tan incivilizados como se creía hasta no hace mucho, si bien el sometimiento de la mujer es algo bestial, cosa que no creo que en los cromañones de aquella época fuera muy diferente. Se supone que la autora se documentó muy bien para abordar ésta y el resto de novelas, aunque he leído también que se pasa un poco al hacer a Ayla la gran protagonista de toda la evolución humana.

Jean M. Auel fue muy lista haciendo a una chica la protagonista, porque la condición de mujer y diferente hace al personaje más atractivo. Se supone que Ayla, según las reglas del Clan, no debe hacer muchas de las cosas que hace como, por ejemplo, cazar. Su violación de las reglas la hará ser castigada duramente, de forma que iniciará así su camino en solitario.

Emocionada con el final de El Clan del Oso Cavernario, me compré el siguiente libro de la serie, titulado El Valle de los Caballos. Pues ahí lo tengo, sin terminar. Y, por lo que se ve, no soy la única a la que le ha pasado. Parece ser que hay que llegar a la página 400 (supongo que dependerá de la edición) para que se ponga interesante. Acabo de ver que me quedé por la 259. Algún día lo retomaré y, posiblemente, termine toda la colección, pero no va a ser hoy.

Antes de esta novela, leí años ha otra del mismo estilo, aunque posterior, titulada Madre Tierra, Padre Cielo, ambientada esta vez en las islas Aleutianas, en Alaska. Terminé el libro con sensación de estar oliendo a pescado todo el rato, por Dios. No estuvo mal, pero aquí también se nos presenta la primera parte de una trilogía que, evidentemente, no seguí. Y como estos ejemplos, miles, según veo en una página de novela histórica que acabo de descubrir. Jean M. Auel abrió un campo en este sentido que ha dado para mucho y muy repetitivo. Y malo, como ese gran bodrio titulado Neandertal, de John Darton. Vale, este libro no es sobre la Prehistoria, pero habla de los neandertales y la suposición de que aún existan. Malo con avaricia.

Adaptación cinematográfica: no llega a estar mal del todo y me parece bastante arriesgado llevar esta novela al cine. Por esta razón tuvieron que cambiar varias cosas, entre ellas hacer que Ayla sea ya más adulta cuando le suceden ciertas cosas (en el libro es apenas una niña en cuanto a edad, no al desarrollo físico). Otro aspecto a destacar es que toda la película es subtitulada porque sólo emiten sonidos. Algo así como En busca del fuego, pero con diálogos. Daryl Hannah me parece una elección perfecta para encarnar a Ayla: da el perfil de cromañón, alta, rubia, esbelta y con la frente recta. El gran problema: como la novela, te deja un sabor algo amargo al final.

P.D. Un fallo en el que acabo de caer: ¿por qué todas las mujeres del libro tienen nombres terminados en a y los hombres no? Un poco extraño, ¿no? Compruébenlo aquí.

lunes, 13 de abril de 2009

Crepúsculo



Pues sí, queridos amigos, he leído el primer volumen de la saga Crepúsculo y entiendo que mis alumnas adolescentes estén enganchadas, porque ese Edward (qué nombre tan literario y decimonónico) es un encanto de chico.

Centrémonos en la novela. Está claro que, de todos los "monstruos" literarios y/o cinematográficos (léase Drácula, Frankenstein, Dr. Jeckyll-Mr. Hyde, el hombre-lobo...) el vampiro es el que más sex-appeal tiene. Después de leer la novela de Bram Stoker se me cayó un mito, porque mi cultura cinematográfica siempre me había presentado al Conde como alguien con una atracción sexual grande, aunque tuviera el temible rostro de Christopher Lee, que no necesitaba ni los colmillos para dar miedo. A Drácula siempre le ha rodeado un halo de erotismo: morder en el cuello, succionar la sangre,... y si hablamos de mujeres-vampiro, no digo ya nada. Lo que ha hecho Stephenie Meyer es seguir la estela de esos chupasangres maravillosos y seductores y ofrecernos la sempiterna historia de amor imposible, esta vez entre un vampiro y una chica humana. Evidentemente, Edward Cullen, el protagonista, es descrito como algo irreal, guapo hasta lo imposible, elegante, con unos ojos maravillosos y un olor embriagador. Da igual que tenga la piel fría y dura como el mármol. La chica que nos cuenta la historia, Bella, es un poco rara y hasta torpe, lo que la hace más humana y la acerca a las potenciales lectoras, que pueden verse reflejadas y pensar que, a pesar de sus defectos, pueden conseguir a un chico maravilloso como Edward (pero que no sea un vampiro, claro). Yo creo que lo que más tiene que gustar a las adolescentes es cómo Edward se siente irremediablemente atraído por Bella: es su olor lo que la hace irresistible para él. En muchas ocasiones dice que es un aroma delicioso, apetecible y habla de que tiene ganas de comérsela. Vamos, leo yo estas cosas con veinte años menos y me derrito.

Stephenie Meyer ha sido puesta a caer de un burro por Stephen King. No digo yo que no tenga parte de razón, pero los caminos del éxito literario son inexcrutables. Todos hemos leído auténticos bodrios que vienen precedidos de un gran éxito de crítica y público. Al menos, Crepúsculo, me ha entretenido en mi convalecencia y ya es algo.

La adaptación a la gran pantalla: no la he visto, pero mis alumnas me dijeron que era muy mala. Por mi parte, no he llegado nunca a imaginarme del todo a Edward como el actor escogido para interpretarlo. He visto algunas fotos de la película y el chico da el pego, eso no puedo negarlo. Será cuestión de verla.

P.D.: acabo de ver la película y es bastante fiel al libro, salvo alguna licencia típica de las adaptaciones. Lo peor es la protagonista; bueno, más bien cómo ha sido concebido su personaje por los guionistas: no tiene sentido del humor y a mí me parece que la chica tiene bastante en el libro. Muy mona, pero con cara de sueño y trascendencia todo el rato. El chico tiene su aquél, raro, feo y atractivo a ratos. El final se queda abierto para la segunda parte, claro.

miércoles, 8 de abril de 2009

El secreto de Sofonisba


Ya he terminado esta novelilla que me compré en la Fnac mientras mahn estaba viendo al Real Murcia en la Nueva Condomina. El único atractivo que le vi fue el de la protagonista, Sofonisba Anguissola, pintora del Renacimiento y una de las pocas mujeres artistas que en aquella época disfrutó del reconocimiento de su trabajo. Pero poco más. Por lo menos el autor recalca que la historia es ficticia y que no tiene pretensiones históricas en la trama. Al menos se cura en salud y no como Dan Brown, que ahí deja el lío y la gente a fabular e imaginar escándalos que, oh sorpresa, podrían llevar a la Iglesia al desastre.

No me extiendo más. Prescindible y un tanto engorroso para no contar prácticamente nada. Ahora estoy a la espera de La joven de Esparta que me va a dejar una alumna, auténtica fan del mundo clásico.