Los renglones torcidos de Dios

Había oído hablar sobre esta novela desde que era una cría y no sabía exactamente de qué trataba. Después leí el argumento y me pareció interesante. Este verano decidí que me apetecía leerlo y puedo asegurar que es de lo mejor que me ha caído en mis manos estos meses de estío.

La protagonista es Alice Gould, una brillante e inteligentísima detective que ingresa voluntariamente en un hospital psiquiátrico para investigar el asesinato del padre de un cliente. Su idea es que el autor del crimen se encuentra entre los residentes y la mejor manera de atraparlo es metiéndose en su mundo. Pero, ¿es esto realmente así? ¿Es Alice Gould una persona cuerda haciendo una investigación o es una enferma mental, una paranoica que se cree una historia que sólo existe en su cabeza? Durante toda la novela, el autor nos tiene dudando. Cada capítulo nos hace creer una cosa distinta: unas veces que está loca; otras que todo es un error y la han metido allí sin estar desequilibrada. Un auténtico agobio hasta el final.

Poco a poco, Luca de Tena nos va presentando a los enfermos que pueblan el psiquiátrico, para lo cual él mismo ingresó en uno y se empapó de las distintas dolencias mentales que aquí salen. Es increíble lo que puede llegar a pasar por una cabeza humana... a veces hay partes muy duras. Por otra parte, tenemos a los médicos, divididos entre los que creen que Alice es una paranoica y los que están convencidos de que dice la verdad. La fascinante de personalidad de la protagonista no deja indiferente a nadie, para bien o para mal. A veces llega a ser hasta soberbia, expresándose con demasiada seguridad en sí misma, pero es una mujer que tiene salidas y respuestas para todos, muy inteligente y culta.

Un libro muy recomendable, que engancha y se devora en poco tiempo ante la necesidad de saber quién es realmente Alice Gould.

El enigma de la calle Calabria

Tercera entrega del excelente detective Víctor Ros. Jerónimo Tristante hace evolucionar al personaje en cada una de las novelas, y promete cuarta parte. La leeremos con mucho gusto, desde luego.

En esta ocasión, Ros debe trasladarse a Barcelona a investigar un extraño caso: el empresario Gerardo Borrás desaparece en pleno trayecto desde su casa a la estación de tren de Sans. Parece haberse volatilizado dentro de su carruaje. Nadie sabe lo que ha sucedido, todo son conjeturas, pero el detective sabe que, detrás de todo lo que aparenta ser paranormal, hay una explicación absolutamente racional. Ros va a medir sus fuerzas con un enemigo bastante peligroso...

No cuento más, ya que es mejor ir descubriendo toda la trama mientras se lee. Sí que diré que esta novela es la que mejor refleja la clara inspiración del personaje en el inmortal Sherlock Holmes a todos los niveles. Esperemos que Tristante siga haciendo crecer a su detective.

Mr. Vértigo

En su empeño por iniciarme en la literatura de Paul Auster, mahn me recomendó esta novela. Es la segunda que leo de él. Reconozco que el escritor norteamericano es un narrador excelente, un contador de historias que sabe enganchar, pero no me apasiona tanto como a él. Él es austeriano y yo austeniana, je, je.

La historia incita a leerla desde el principio. Si comienza diciendo "Yo tenía doce años la primera vez que anduve sobre el agua", no hay más remedio que seguir, porque el heho en sí que describe es sorprendente. Pero Auster cuenta todo el proceso de aprendizaje del chico de una manera que nos hace pensar en que es algo de lo más normal.

Walt, que así se llama el protagonista, es un huérfano que vive con sus tíos en Saint Louis, llevando una vida vulgar, hasta que el maestro Yehudi se cruza en su vida. Ve en el niño a un buen candidato para seguir el camino que una vez él mismo recorrió y le promete que volará. Con Walt, "el Niño Prodigio" recorreremos la historia de los Estados Unidos desde los años veinte hasta la posguerra. Lo veremos entrenarse para conseguir la meta de ser el niño volador, pero también crecerá, se hará un hombre adulto y su vida dará mil giros.

Un lugar llamado libertad

Mientras disfrutaba de la adaptación a la pequeña pantalla de Los pilares de la tierra, se me ocurrió darme un respiro literario y leer alguna cosa ligera, con malos malísimos y buenos no tan buenos, pero "buenos" (ya me entienden). Aproveché el libro electrónico heredado de mahn y me descargué Un lugar llamado libertad, de Ken Follett.

Estamos en la Escocia del siglo XVIII. El protagonista es Marck MacAsh, minero, profesión dura donde las haya, y mucho más en esa época. El régimen de trabajo era casi esclavista, y por ello MacAsh se revela contra su destino. La historia de este personaje nos traslada desde las minas al Londres del XVIII y, posteriormente, a las colonias americanas, el sitio donde encontrar la ansiada libertad. En su aventura no puede faltar el amor, esta vez con una joven de buena familia a la que no le van los convencionalismos, o los malotes.

Recuerdo que cuando leí el argumento de esta novela el momento en que se publicó, me recordó mucho a Un horizonte muy lejano, y no anduve muy equivocada. En fin, entretenida si quiere uno pasar un buen rato. No es demasiado larga, así que se lee en poco tiempo.

El sabueso de los Baskerville

Que me perdonen los seguidores de Sherlock Holmes (mi sister CHCH sobre todo), pero las novelas de este personaje me están defraudando. Ya me avisó mi gran amigo Joseph Cartaphilus: son mejores los relatos cortos. Todavía no me he puesto con ellos, pero lo haré. Me da la sensación de que Holmes funciona mejor en la pantalla, ya sea grande o pequeña, que en los libros. No es casualidad que sea el personaje de ficción más veces llevado al cine o a la televisión. Prueba de este éxito es, por un lado, la película de Guy Ritchie y, por otro, la serie protagonizada por Benedict Cumberbatch que nos traslada al famoso detective consultor al siglo XXI. Además, les puse a mis alumnos El secreto de la pirámide y les encantó. Una buena manera de iniciarse en el personaje, junto al Sherlock Holmes perruno de dibujos.

Leí Estudio en escarlata y me pareció un poco rollo, sobre todo la parte en la que se cuenta toda la historia de los mormones. Lo que sí me gustó fue el primer encuentro entre Holmes y Watson, algo que la serie de televisión ha recuperado con gran acierto. Tras esta novela, me puse con El sabueso de los Baskerville. Lo mismo es que las historias han envejecido mal, pero no me entusiasmó demasiado. Reconozco que mantiene parte del suspense, pero en ese sentido me ha gustado más lo que he leído de Agatha Christie. Bueno, es uno de esos clásicos que creo que todo el mundo debe leer, porque Holmes es un personaje inmortal.

Tampoco he visto la versión más famosa hecha para el cine. Se está acumulando el trabajo.

La casa de la alegría

Tras un gran paréntesis por mis problemas de brazos (que aún siguen y van a más), he decidido hacer de una vez por todas las entradas correspondientes a lo que leí este verano, si es que me acuerdo de algo. Siento que sean tan cortas, pero algo es algo. Empiezo por La casa de la alegría, de Edith Wharton.

Como en La edad de la inocencia, la autora hace una feroz crítica a los prejuicios y falsas apariencias de la buena sociedad de Nueva York. En este caso se trata de una protagonista femenina, Lily Bart, una joven de clase alta pero con problemas económicos. Su salvación sería casarse con un hombre rico, pero parece que ella no está muy por la labor de asegurarse un buen futuro con cualquiera que tenga una renta alta, aunque tampoco parece muy dispuesta a renunciar al tipo de vida que siempre ha conocido. Poco a poco va perdiendo las opciones de reorganizar su futuro y el destino será implacable con ella. La sensación de agobio que desprende la historia cuando uno va viendo cómo Lily es convierte en una especie de marioneta dentro de un mundo que termina por rechazarla, me recordó a la otra obra maestra de Edith Wharton.

La adaptación al cine aún no la he visto. Editaré la entrada cuando lo haga.