







En primer lugar quiero agradecer al administrador de esta bitácora, don Antonio Rentero, la recomendación de este libro, ya que en cuanto supo de mi interés por las novelas policiacas y de misterio así como por mi afición por los museos y los gabinetes de maravillas, me pregunto si había leído este título.
Lo más grave es que en cuanto comencé a leer el libro me di cuenta de que sí, de que, en efecto, lo había leído ya... Bueno, tampoco es cosa extraña en mí, una vez compré un libro y luego me encontré con que ya lo tenía. Y a saber si me ha pasado alguna vez más (lo que denota que mi biblioteca no es precisamente un ejemplo de orden, que en casa de herrero cuchara de palo). Lo peor es que no me acuerdo ni cuándo, ni dónde o, como decía el otro día, si puede que lo leyera en una vida paralela. En fin, despistada que es una.
El caso es que ahora lo he leído con más atención y me ha encantado, precisamente por todas las referencias a los gabinetes de curiosidades que en el caso que nos ocupa serían los creados en el siglo XIX en América y porque además aparece el Museo de Historia Natural de Nueva York. En muchos casos estos gabinetes estuvieron ligados a los circos, como el Barnum, cuyo origen fue el Museo Americano de Scudder, que se cita en la novela. En la entrada he colocado algunas imágenes de estos museos/circos, como el Americano de Curiosidades Vivientes de Watson (nótese que algunas de estas curiosidades son de "australianos"). En la misma serie de Expediente X, mucho antes que esta novela de Douglas Preston y Lincoln Child (2002), hay dos episodios en los que aparecen estos peculiares museos de curiosidades.
Los protagonistas de la novela son el agente especial Aloysius X.L. Pendergast y Nora Kelly, conservadora/investigadora del Museo de Historia Natural de Nueva York Nork. Pendergast es un personaje fascinante que, por lo que he podido leer ahora, sale en la serie de novelas escritas por Preston y Child y que, además, tiene gran cantidad de adeptos. He visto por la red que sus fans imaginan cómo podría ser este agente del FBI procedente de Nueva Orleáns, con un físico y maneras muy peculiares y que, por lo visto, tiene unos antepasados nada normalitos, casi todos ellos asesinos en serie. Hasta tiene un hermano gemelo malvado que es su antítesis. Se ha debatido incluso sobre el actor que podría encarnarlo y todos parecen coincidir en que Paul Bettany (el Silas de El Código Da Vinci) sería un buen Pendergast. Se ha hablado de David Bowie o del Niles de Frasier pero no sé, como que no lo veo... (aunque en la novela hablan de voz meliflua o sea que...). Yo en su momento vi la película de La Reliquia, nada del otro mundo, aunque a mí me gusto con eso de que sucedía en un museo. Se corresponde con la primera novela de los autores en la que aparecía Pendergast. Pero, sin embargo, los guionistas no incluyeron al extraño agente del FBI en la trama. Una oportunidad desaprovechada...
Los personajes creados por Preston y Child reaparecen siempre en sus novelas. Es el caso del periodista Smithback, algo pícaro y un tanto desastrillo que va siempre detrás de la noticia, enamorado de la encantadora doctora Kelly. En Los Asesinatos de Manhattan me ha caído muy bien el policía irlandés O'Shaughnessy, aunque desgraciadamente termina en las manos del asesino...
Como decía Rentero hace unos días son fascinantes los capítulos finales en los que Pendergast es perseguido por el asesino a través de todas las estancias del gabinete que está enclavado dentro de una casa llena de auténticas maravillas y curiosidades. Algunas de estas salas están llenas de extraños objetos que en un primer momento el agente del FBI no puede llegar a entender el por qué están allí pero, como diría el gran Borges, dentro del caos existe un orden, que es el Orden con mayúsculas. Un orden que sólo comprende el propio coleccionista que ha acopiado con una finalidad esa cantidad de objetos. Un coleccionista que casi llega a ser el Coleccionista, o que pretende ser Dios.
En fin, una delicia altamente recomendable. Y por descontado que compraré el resto de las novelas de la saga Pendergast creadas por Preston y Child, el primero investigador y conservador del Museo Americano de Historia Natural y el segundo, editor literario y analista de sistemas. De hecho, lo estoy deseando.