Fiel a mis alumnos y sus lecturas, y como ya hice con Crepúsculo, a finales del verano del año pasado leí la trilogía de la serie Distritos de Suzanne Collins. Lo cierto es que han pasado más de cuatro meses y no recuerdo demasiado, pero no me desagradó.
Narrada en presente y en primera persona, la historia se desarrolla en un futuro apocalíptico en el que, tras una serie de guerras, el territorio llamado Panem está dividido en doce distritos especializados. La vida allí no es fácil, sobre todo en el distrito en el que vive Katniss Everdeen, la protagonista, que desafía las normas saliendo del recinto vallado para conseguir comida en compañía de su amigo Gale. Cada año se celebran los Juegos del Hambre, una especie de reality extremo en el que participan jóvenes de cada distrito por parejas. Sólo se gana cuando queda uno, por lo que la muerte está muy presente desde el principio. Desde el Capitolio, el gobierno de Panem, se venden los Juegos del Hambre como algo fantástico, porque el ganador asegura para su familia y su distrito beneficios, pero no todos los distritos tienen la capacidad de preparar a sus participantes, llamados "tributos". Durante uno de los sorteos, es elegida como tributo Prim, la hermana pequeña de Katniss, y ella se decide a ponerse en su lugar. Su pareja será un chico que conoce de vista y que la ayudó en cierta ocasión cuando estaba a punto de desfallecer por el hambre, el tímido Peeta, hijo de un panadero.
A partir de ese momento comenzarán todos los preparativos para formar a los tributos. Estilistas, representantes, gentes del Capitolio que quieren hacer de sus tributos los mejores de los Juegos del Hambre. Pero Katniss es distinta y no se amoldará a las normas del Capitolio, creando un conflicto al final de la primera novela y convirtiéndose sin querer en el símbolo de un movimiente rebelde que saldrá a la luz en la tercera entrega, tras la celebración de unos juegos especiales: el Vasallaje de los Veinticinco...
Esta trilogía, a pesar de ser para un público adolescente y meter de por medio el lío amoroso entre Katniss, Gale y Peeta, es bastante más dura que la de los vampiros. La muerte, en ocasiones muy violenta, está presente continuamente. Y las víctimas son adolescentes, lo que es aún peor. No está mal para lectura veraniega si ya eres un adulto.