Tercera entrega de la serie Crepúsculo que viene a ser un poco más de lo mismo, algo de lo que ya me avisó una alumna el año pasado. Stephenie Meyer va avanzando en las relaciones de la protagonista con sus dos pretendientes, raros donde los haya. Si no fuera por el hecho de que se trata de un vampiro y un hombre-lobo estaríamos ante el típico triángulo amoroso en la que la chica no sabe qué elegir y, en principio, opta por el que parece menos adecuado, pero que es irresistible. Para adornar el asunto, la autora tiene que meter algo de acción e ¿intriga? con la aparición de una amenaza que, para variar, tiene que ver con Bella Swan, que vaya suerte tiene todo el que la conoce, por cierto. Al menos no es la superguay Lisbeth Salander de Millennium. Poco más que decir. Tendremos que esperar a la cuarta y última parte para saber qué sucede finalmente entre Bella, Edward y Jacob.
XX - XXVI
Hace 5 semanas
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