Segunda entrega de las aventuras de Anne Shirley. En esta ocasión conocemos sus aventuras desde los dieciséis a los dieciocho años. Empieza como maestra y termina en el momento en el que decide ir a la universidad. Todavía sigue siendo una niña en el fondo, imaginativa y romántica, pero poco a poco va madurando, sobre todo al final, cuando vea que su amiga Diana está comprometida. Ana se lamenta de que la gente crezca y no desea, por ejemplo, que Gilberth Blythe sea algo más que un amigo de la infancia, negando en cierto modo sus propios sentimientos hacia él. Historias sencillas son las que recorren este librito, recordándome un poco a la miniserie Cranford (estoy a la espera del libro, que ya comentaré cuando lo lea).
Lo que más me ha gustado ha sido cuando empieza como maestra. Me he sentido identificada con sus inseguridades, sensaciones y relaciones con los alumnos. Ha sido bastante curioso comprobar que hay cosas que nunca cambian.
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