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jueves, 29 de abril de 2010

Ana, la de la isla


Tercera entrega de la serie sobre Ana de las Tejas Verdes que abarca cuatro años de su vida. Ana deja su trabajo como maestra para licenciarse en la universidad. Allí compartirá casa con antiguas amigas, a las que se unirá otra un tanto alocada, pero inteligente. Ana, ante la perspectiva de que todas sus conocidas se van prometiendo y casando, piensa que se quedará soltera porque no encuentra lo que ella denomina "un Príncipe Encantado". Gilbert Blythe decide declararse, pero no es para ella el "ideal", ni lo quiere como cree que debe quererse a ese ser especial que espera. En el horizonte aparece precisamente un joven que parece cumplir todos los requisitos...

Aquí seguimos con las aventuras de Ana Shirley... y es que el entorno en el que me encuentro invitan a ello. Es lo que tiene estar en Nueva Inglaterra; aunque no es Canadá ni la Isla de Príncipe Eduardo, sí que permite imaginarse los paisajes que se describen en estos libros.

miércoles, 28 de abril de 2010

Ana, la de Avonlea

Segunda entrega de las aventuras de Anne Shirley. En esta ocasión conocemos sus aventuras desde los dieciséis a los dieciocho años. Empieza como maestra y termina en el momento en el que decide ir a la universidad. Todavía sigue siendo una niña en el fondo, imaginativa y romántica, pero poco a poco va madurando, sobre todo al final, cuando vea que su amiga Diana está comprometida. Ana se lamenta de que la gente crezca y no desea, por ejemplo, que Gilberth Blythe sea algo más que un amigo de la infancia, negando en cierto modo sus propios sentimientos hacia él. Historias sencillas son las que recorren este librito, recordándome un poco a la miniserie Cranford (estoy a la espera del libro, que ya comentaré cuando lo lea).

Lo que más me ha gustado ha sido cuando empieza como maestra. Me he sentido identificada con sus inseguridades, sensaciones y relaciones con los alumnos. Ha sido bastante curioso comprobar que hay cosas que nunca cambian.

Flores en el ático




Oí en su momento hablar tanto de la saga Dollanganger de V.C. Andrews, que decidí empezar a leerla. Ahora bien: no sé si tengo ganas de continuarla. La primera entrega es la archiconocida Flores en el ático, un disparate donde los haya. Y me explico: está bastante mal escrita y no me vale la excusa de que los protagonistas son niños. La narradora es Cathy, que tiene doce años cuando su padre muere. Corrine, su madre y una pava de mucho cuidado adorada por sus cuatro hijos y su marido, es una inútil que no ve otra salida a su ruina que la de volver a la mansión de sus riquísimos padres. Su padre está muy enfermo y a punto de morir, pero ella fue desheredada por hacer algo muy malo a los ojos de sus progenitores: casarse con el medio hermano de su padre, es decir, con su tío. Corrine sólo heredará si el padre no se entera de que tuvo hijos con su marido, hijos "del demonio", de manera que ella y la abuela los encierran en una habitación que da a un ático para que nadie sepa de su existencia. Lo que iban a ser unas semanas de encierro se traducen en más de tres años, durante los cuales muere uno de los niños, mientras la madre vive en un mundo de lujo que parece haberla cegado y haberla hecho olvidar a sus propios hijos.

En un ambiente absolutamente enrarecido se desarrolla esta historia en la que, al final, hay que darle la razón a la loca de la abuela. Ésta, obsesionada con la religión y el pecado, prohibe a los hermanos (Christopher, Cathy y los mellizos Carrie y Cory) que se vean desnudos o que duerman juntos siendo de distinto sexo. Y sus temores no son infundados porque Christopher se enamora de su hermana Cathy. El incesto impregna bastante la novela y llega a ser algo demasiado morboso. Esto continúa en la siguiente novela de la saga, Pétalos al viento, que he dejado porque ya me estaba empezando a dar repelús el personaje de Cathy.

La película que se hizo en su momento no refleja para nada lo del incesto y, además, mezcla esta novela con la siguiente. Un lío, vamos.

Matrimonio de conveniencias


Mis temores ante la posibilidad de que una nueva novela de Heyer no me iba a gustar tanto como La indomable Sophia eran fundados. No es que la otra sea una maravilla, porque tiene mucho que aprender de Jane Austen, pero la historia en sí me gustó más que la que aquí comento. En esta ocasión, la trama tenía un comienzo que me pareció simpático y prometedor: Horatia, la menor de las hermanas Windwood y la menos agraciada (encima tartamudea un poco), se casa con el conde de Rule para evitar que éste contraiga matrimonio con su hermana mayor, que está enamorada de otro hombre. Así mata tres pájaros de un tiro: hace feliz a la hermana, salva la fortuna familiar (bastante débil debido a las deudas de juego de su hermano) y se asegura una vida de lujo y riqueza. Desde el comienzo queda claro que el matrimonio es por pura conveniencia, de manera que ni Horatia ni Rule interferirán en sus respectivas vidas. Pero pronto aparecerán dos personas que quieren poner en evidencia a la joven y vengarse de Rule: lady Massey, la antigua amante del conde, y sobre todo lord Lethbridge.

Esta novela parece ambientada más en el siglo XVIII que en la época de la Regencia, así que lo que predomina es el ambiente de fiestas galantes, disfraces, pelucas y maquillajes extravagantes, lo que la aleja del "aire austeniano" de sus otras novelas. Los enredos en los que se ve envuelta Horatia tienen cabida en este tipo de escenario y serían inimaginables en una historia ambientada durante la Regencia. Lo que no me ha quedado muy claro es cómo se van enamorando los personajes principales, unidos al principio sólo por razones materiales. Para pasar un rato divertido, sin más pretensiones. Se deja leer.

La Lista de los Siete

Arthur Conan Doyle, un joven médico, escribe un libro titulado La hermandad oscura, que no es más que un plagio y/o refrito de textos de Madame Blavatsky. Sin embargo, lo que allí expone llama la atención de una sociedad secreta que cree que Doyle los ha espiado y ha revelado sus secretos. Tras presenciar un asesinato durante una extraña sesión de espiritismo, Doyle tendrá que huir para salvar su vida y habrá de confiar en el misterioso Sparks si quiere lograrlo.
Mark Frost, guionista de la mítica Twin Peaks es el autor de esta novela cuya trama tiene como protagonista al padre literario de Sherlock Holmes. La historia no tiene demasiado fuste, al menos a mí me ha dejado indiferente y, en ocasiones, no sabe uno adónde pretende Frost llevar al lector; es decir: ¿qué narices está pasando en la novela? Ese será, digo yo, el misterio de la misma, porque da bastantes bandazos. Ahora bien: el escritor ha querido imaginar cómo Doyle conoce a un tipo fascinante que será ni más ni menos que el modelo de su futuro Holmes. Esto es lo más interesante de una historia donde se mezcla lo sobrenatural, a lo que Doyle era muy aficionado, con lo histórico (aparecen por ahí Bram Stoker y la citada Madame Blavatsky, entre otros). El epílogo es de pena: una cosa trillada a más no poder ya.

martes, 13 de abril de 2010

Pruebas falsas

Siempre me resistía a comprar las novelas policíacas de Donna Leon. Y eso que muchas veces que pasaba junto a una de las librería más populares de la ciudad que, por cierto, se encuentra en un conocida calle junto a la universidad, las solía ver alguna que otra vez en el escaparate. Aunque me atraía que estuvieran publicadas por Seix Barral y el nombre del protagonista, el comisario Brunetti, no terminaba nunca por decidirme.
Pero el otro día, un domingo cualquiera en que fui a por el periódico aproveché y me llevé una novela del comisario Brunetti en edición de bolsillo. Pensaba que la autora era italiana y resulta que es una americana de New Jersey con abuelo español (de ahí el apellido "Leon") que además firmó una cláusula por la cual sus novelas no pueden publicarse en Italia. Parece ser que quiere seguir viviendo en el anonimato en sus estancias venecianas aunque también se dice que es por el agudo retrato que hace de los italianos. Por si a ellos no les gusta demasiado, claro.
La novela se lee rápidamente pero no acabó por entusiasmarse. Puede que tenga que leerme unas cuantas más para que termine de engancharme. Me atraen más los personajes atormentados a lo Parker o un tanto más dejados como Wallander o Bosch. Y no está mal que este comisario esté felizmente casado y que tenga un par de hijos y una mujer estupenda que le echa algún cable que otro. Que para más inri le hace unos estupendos platos de comida italiana que son siempre descritos con gran profusión. Que no le critico yo eso, faltaría más. Mejor para él. Pero... No sé, no sé.
El argumento del título que cayó en mis manos es sencillo aunque luego se va complicando: una anciana a la que nadie soporta aparece brutalmente asesinada. Las sospechas recaen en la persona que la cuidaba, una inmigrante rumana. Pero el comisario Brunetti tendrá que demostrar que las cosas no son lo que parecen.
Así que otro día que vaya a por el periódico a ver si con un poco de suerte vuelvo a toparme con otro título de Donna Leon que puede que sí o puede que no, consiga que me apasione con las aventuras y desventuras del comisario Brunetti en la ciudad de los canales.

sábado, 10 de abril de 2010

La indomable Sophia


Tras dos Austen, he leído una novela de su "versión más moderna", por decirlo de alguna manera. Estoy hablando de una autora que ya ha salido por aquí: Georgette Heyer. Si cuando hablé de Venetia dije que esta obra me había gustado más que la primera que leí (El tío Sylvester), ahora tengo que afirmar que aún me ha gustado más La indomable Sophia. Miedo me da ponerme ahora con otra de sus creaciones, porque con la que hoy comento me lo he pasado pipa. Cómo me he divertido con esa Sophia que es un auténtico torbellino. Desde luego, el título no engaña para nada. Con aires casi de vodevil hacia el final, el resto es un sinfín de diálogos con mucho humor. Verbigracia:

-Ya que mencionas a la señorita Wraxton, permíteme pedirte, prima, que te abstengas de decirles a mis hermanas que tiene cara de caballo- dijo con rigidez.
-¡Pero Charles, la señorita Wraxton no es culpable de eso! No puede remediarlo, y eso te aseguro que siempre lo he hecho observar a las niñas.
-Considero que las facciones de la señorita Wraxton son particularmente distinguidas.
-Sí, desde luego; me parece que no me he explicado bien. Quería decir que tiene cara de caballo particularmente distinguido.

El argumento es bien sencillo: Sophia es dejada por su padre en casa de su tía. Allí todo parece que va más o menos bien. Su tío no es quien manda en casa, sino que el cabeza de familia es Charles, el serio primo de Sophia. Bajo su mando, todo el mundo está controlado... o eso cree él: Theodore, su hermano veinteañero, estudia en Oxford; sus hermanos y hermanas más pequeños tienen su institutriz; Cecilia, la hermana adolescente, está prometida con un buen partido; y el propio Charles también está a punto de casarse con la señorita Wraxton. Cuando Sophia, una chica con una educación que se aleja de las convenciones de la época, irrumpe en casa de los Ombersley, el orden impuesto por Charles dejará de ser tal. Está claro que el choque entre Charles y Sophia es inmediato, pero más por parte de él que de ella, que sólo quiere lo mejor para la familia de su tía...

Al contrario que la señorita Emma Woodhouse, Sophia es una chica muy resuelta que consigue todo lo que se propone. Puede sonar un poco a personaje demasiado autosuficiente (léase la hipertatuada Lisbeth Salander, uf), pero es tanta la gracia e ironía que demuestra, que creo que no habrá nadie a quien la caiga mal. Su rápida mente deja siempre a los personajes masculinos sin saber qué decir.

¿Para cuando una adaptación a la pequeña o gran pantalla de las novelas de esta autora? Que dejen ya a Jane Austen y a las Brontë y se lancen con Heyer. Divertidísima.

jueves, 8 de abril de 2010

Emma




A falta de leer Amor y amistad y Lady Susan, obras "menores" de Jane Austen, se puede decir que he completado la lectura de sus novelas más conocidas con la que hoy traigo aquí. Como en el caso de Sentido y sensibilidad, he visto antes varias versiones para televisión y cine, de las que hablaré después. En cuanto a la novela en sí, no puedo decir que sea de mis preferidas, aunque el señor Knightley es, como apuntó por ahí Wunderk, el más equilibrado de los galanes austenianos. Lo que está claro es que la protagonista es un niña bien un poco pava. Jane Austen se ríe de ella, es verdad; sin embargo no me gustaron sus últimas reflexiones a propósito de Harriet, absolutamente clasistas y despectivas con la muchacha. Vale, estamos en el siglo XIX, pero es algo que en otras novelas de la autora me ha parecido verlas salir de manera más disimulada. De lo que me he dado cuenta ha sido de que la estructura de todos los libros suele ser la misma en esencia: la heroína, el chico atractivo que luego sale rana, el héroe discreto que termina con la protagonista y los secundarios de lujo (padres, madres, vecinos...). Emma es una obra simpática, donde el drama no tiene cabida. Sólo los desvelos de la chica por emparejar gente son lo importante, aunque siempre tenemos al señor Knightley para pararle los pies y ser el contrapunto maduro y reflexivo, la voz de la experiencia que ve las cosas con lógica y no con los ojos del romanticismo, algo propio en una chica de veintiún años.

Adaptaciones: les pongo las imágenes de las tres que he visto. La primera se corresponde con la más reciente producción de la BBC. Espero que dejen ya de hacer versiones de obras de Jane Austen y se lancen, por ejemplo, a adaptar a Georgette Heyer, cuya La indomable Sophia, estoy disfrutando ahora y será mi próxima entrada. Pues bien: no la he visto entera (sólo los dos últimos capítulos en el avión que me trajo a Estados Unidos), pero tampoco me hace falta ver más. Correcta, pero ya está. Romola Garai, la protagonista, me parece un poco cargante a veces. Mr. Knightley no es tampoco algo extraordinario y, además, no se nota la diferencia de edad entre los personajes. Es curioso que en las otras producciones tampoco los actores se llevan más de diez-doce años, pero ellos parecen más maduros, mayores que ellas. La película protagonizada por Gwyneth Paltrow tiene el señor Knightley ideal, si bien no me convence el resto del reparto (bueno, ella más o menos). La que menos me gusta es Toni Colette: absolutamente ridícula haciendo de la jovencita e inocente Harriet Smith. La mejor versión para mí es la protagonizada por Kate Beckinsale: menos pretenciosa, más natural y con un reparto intachable en todos los sentidos. Mark Strong, el señor Knightley, no es tan guapo como Jeremy Northam, pero compone muy bien el personaje.

domingo, 4 de abril de 2010

Los amantes

Lo he reconocido varias veces por aquí: soy adicta a la saga Charlie Parker. Con Los Amantes el irlandés John Connolly retoma de nuevo la oscuridad y nos presenta al controvertido detective indagando en las causas del suicidio de su padre policía y, por ende, en sus propias raíces. Si la anterior novela, comentada en Lecturas Reunidas hace pocos meses, destacaba por contar una historia mucho más policíaca que de terror, pues el protagonismo lo cobraban los secundarios Louis y Angel, los fieles pistoleros amigos de Parker, en esta nueva entrega reaparecen los fantasmas y los ángeles caídos que equilibran la balanza que tan  bien maneja Connolly conjugando lo policíaco con lo terrorífico. Por supuesto, no se puede recomendar como iniciación a esta serie de culto, dado que en este libro se dan algunas respuestas que es mejor que un lector novel no conozca tan pronto.
He leído por la red que la historia va decayendo pero que a pesar de ello la gente sigo leyendo la serie porque termina creando adicción. Yo no creo que la historia haya decaído, lo que ocurre es que a veces puede ser algo reiterativa, de ahí que cada libro pueda leerse por separado sin haber tenido que leer todos y cada una de ellos. En el final de Los Amantes Connolly deja un camino abierto para la próxima entrega, que se aventura más detectivesco e incluso puede que más proclive al romance. Y la verdad es que el hombre, que tanto atrae el mal y las desgracias ya se lo va mereciendo. Así que estoy deseando que aparezca la nueva entrega, bajo el título en inglés de The Whisperers, que se espera para este mismo año 2010.